lunes, noviembre 06, 2006

Abrazo amigo uruguayo-cubano

MONTEVIDEO, 5 de noviembre.— Un abrazo amigo se fundió entre exponentes de los pueblos de Uruguay y Cuba, en el Paraninfo de la Universidad de esta capital, el mismo escenario donde hace 45 años el Che Guevara refrendara la solidaridad mutua.

El Vicepresidente cubano, Carlos Lage Dávila, dio una buena noticia a los amigos uruguayos: transmitirles un saludo y un abrazo revolucionario de Fidel, asegurando que hoy se recupera y que se reintegrará a sus tareas para seguir teniéndolo en su batallar por Cuba y por los pueblos del mundo, para seguir luchando por la justicia y la verdad.

Vivas a Cuba y a Fidel, banderas y proclamas solidarias alzadas, marcaban el ambiente de hermandad.

El rector de la Universidad, Rodrigo Arozena, dijo que el centro cultivaba la solidaridad latinoamericana, a la vez que expresaba la gratitud a Cuba por su contribución en bien de la salud del pueblo uruguayo.

En el acto también intervino el joven Marino Expósito, secretario de la Federación de Estudiantes de Uruguay, y la doctora Valeria Lavié, graduada de la Escuela Latinoamericana de Medicina.

Esta última, luego de seis años de formación profesional en la Isla, se refirió a la forma desinteresada en que los cubanos contribuyen a la preparación de decenas de miles de jóvenes de los sectores más humildes de las naciones de la región.

Roberto González, hermano de René, uno de los Cinco héroes que guardan prisión injustamente en Estados Unidos, informó a los presentes sobre el amañado proceso que sancionó a los Cinco.

No a la injerencia y sÍ a la soberanía, Reafirmó la XVI Cumbre Iberoamericana

MONTEVIDEO, 5 de noviembre.— Los gobernantes de Iberoamérica concluyeron aquí su XVI Cumbre, con la rúbrica del Compromiso sobre Migración y Desarrollo y la Declaración de Montevideo, donde se fijan posiciones de principio sobre temas que afectan al continente.

Los jefes de Estado y de Gobierno, o sus representantes, reafirmaron el multilateralismo y rechazaron "toda acción unilateral o coercitiva de efecto internacional que atente contra el clima de diálogo y contra las normas de respeto mutuo en materia migratoria, sin perjuicio de la potestad de los Estados de establecer controles migratorios y de autorizar el ingreso de personas extranjeras y su permanencia bajo ciertas condiciones".

En el Compromiso de Montevideo se consigna que "las remesas no deben ser catalogadas como ayuda oficial al desarrollo, puesto que son flujos financieros privados, de solidaridad familiar, y responden al derecho de todo ser humano de asistir de modo individual al sustento y bienestar de otras personas".

Y continúa: Este derecho debe ser reconocido y salvaguardado, al igual que el derecho de los destinatarios a recibirlas. Los Estados deben abstenerse de promulgar disposiciones legislativas o adoptar medidas administrativas coercitivas, que puedan obrar en detrimento de este derecho.

Debemos facilitar el envío de remesas, reduciendo su costo y garantizando el acceso a los servicios bancarios. Procuraremos incentivar oportunidades que motiven el mejor aprovechamiento de esos flujos en actividades productivas y de inversión que favorezcan a las familias y comunidades de origen de los migrantes, afirma el texto.

Por su parte la Declaración de Montevideo reafirma la "total adhesión a los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, a la vigencia plena de la democracia, al respeto a la soberanía y a la no injerencia en los asuntos internos de los Estados".

También "al respeto y promoción de los derechos humanos, al fortalecimiento del multilateralismo y del respeto a los principios del Derecho Internacional, a la solución pacífica de las controversias y al rechazo del uso de la fuerza o de la amenaza del uso de la fuerza en el ámbito internacional y al rechazo a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional".