miércoles, agosto 16, 2006

Hart: Fidel Castro, el mejor discípulo de José Martí

Armando Hart, una relevante figura de la Revolución cubana y reconocido jurista e intelectual, aseguró hoy que Fidel Castro, quien acaba de cumplir 80 años, es el mejor discípulo del Héroe Nacional de Cuba, José Martí.
Compañero de profesión universitaria del líder cubano y de las luchas contra los gobiernos corruptos, la tiranía batistiana y el asedio casi cincuentenario de Estados Unidos, Hart es actualmente director de la Oficina del Programa Martiano del Consejo de Estado de Cuba.
El también ex ministro de Educación, y de Cultura, quien ocupó altos cargos en la dirección del Partido Comunista y es un profundo teórico de la Revolución cubana, concedió una entrevista a Prensa Latina.
-¿Cómo conoció a Fidel?
-Lo conozco desde que yo tenía 15 o 16 años en que viajó a Matanzas en periplo proselitista para ver a mi hermana Marina, que era abogada. Mi padre, un conocido magistrado, cuando lo escuchó me comentó: "ese joven se ve noble por su rostro y su palabra". No se equivocó.
-¿Cuál piensa que sea el principal aporte revolucionario de Fidel Castro?
-Es un hombre de pensamiento y de acción que organiza el asalto al Cuartel Moncada, sufre prisión, prepara una expedición de 82 hombres que desembarca en Cuba y dirige una guerra exitosa contra un ejército apoyado y financiado por Estados Unidos. Por otra parte encabeza una revolución que durante 47 años enfrenta al imperio más poderoso que jamás haya existido sobre la Tierra. Pero, para mi, hay otras hazañas de Fidel, en primer lugar, se propuso, con métodos martianos, lograr la unidad del pueblo sobre el fundamento de los intereses de la inmensa mayoría de la población y lo hizo inspirado en la tradición revolucionaria universal y latinoamericana. Dos hombres en la historia hicieron factible esa unidad: José Martí y Fidel Castro. Pero resulta necesario que los jóvenes estudien los métodos y formas políticas que permitieron alcanzar tal comunidad de propósitos y voluntades.
-¿Cuáles fueron esos métodos?
-El estudio hay que hacerlo a partir de la Cultura para hacer política. Quiero detenerme en este aspecto porque me parece que es el fruto más original y útil de la historia de las ideas cubanas que tienen a Martí y Fidel como su más elevada expresión. No me refiero a una cultura política solamente, sino a las maneras prácticas de su materialización. Creo que la contribución de estos dos grandes hombres se inicia con el rechazo del concepto reaccionario de "divide y vencerás" y la utilización de otro que sería algo así como "unir para vencer". Para las nuevas situaciones ya no es eficaz la vieja política de dividir para dominar, que caracterizó al imperio romano y que Maquiavelo retomó en su época. En épocas de globalización se necesita integrar fuerzas solidarias para enfrentar los dramáticos desafíos de la centuria recién comenzada. Ahí está la riqueza de la política fidelista. Pero existe una esencia de esta práctica...
-¿Cómo usted la definiría?
-La esencia de la práctica política de Martí y de Fidel está en lo siguiente: posiciones radicales en cuanto a la defensa de los derechos del hombre en todo el mundo y, a la vez, aspiración a encontrar lo armonioso. Hay quienes se proclaman radicales y no son armoniosos, creando así innumerables problemas, y hay quienes se presentan como armoniosos y no son radicales, y tampoco resuelven. La política de Martí y de Fidel es: pensamiento radical y, a la vez, buscar la armonía, es decir, la máxima participación de todos en los objetivos que se plantean. Lo otro es el concepto martiano de que Patria es Humanidad, que en Fidel se expresa con esa vocación de "abrazarse al mundo", desde la expedición de Cayo Confites, en 1947, para derrocar la tiranía de Trujillo, hasta la más reciente ayuda internacionalista brindada por Cuba a Paquistán. Es preciso razonar que las ideas de libertad, igualdad y fraternidad habían tenido en Europa una expresión formal; en América Latina y El Caribe, en cambio, se forjó una cultura con una altísima sensibilidad en torno a la relación del hombre y la naturaleza. Esto último en base a tres categorías: la ética, la educación y la práctica política. Fidel, en tanto, asume todo el legado del pensamiento democrático de las revoluciones europeas del siglo XVIII desde la perspectiva de los intereses de "los pobres de la Tierra". Por otra parte, asume la ética del cristianismo en nuestra cultura, la cual no se antepuso a la ciencia y, por eso, forma parte de nuestra conciencia nacional. El tema de Dios, por ejemplo, se tomó como un asunto propio de la conciencia individual.
-¿Cómo calificaría entonces a esa entidad llamada Fidel Castro?
-Fidel es hijo de una historia, de una memoria largamente abrazada por nuestro pueblo. En él vemos un claro sentido de distinguir y relacionar la práctica y las aspiraciones ideales y siempre teniendo como categoría más alta: la justicia.